lunes, 24 de marzo de 2008

Masajes Tantricos para Varones







El tantra utiliza la energía sexual del cuerpo. Para llevarnos a un estado de conciencia elevado se utilizan los órganos sexuales, las zonas erógenas, la energía sexual y la sinergia erótica.
Es importante que quien practica tantra se despoje de sus prejuicios y conceptos ya que debe manejar el concepto que su cuerpo es parte de un todo que le proporciona placer. Las nuevas experiencias que conocerá son, de hecho, renovadoras.


Una buena manera de comenzar a conocer o acercarse al tantra es por medio de los masajes. En ellos, los varones experimentan sensaciones únicas, ya que se descubren zonas de increíble placer físico y emocional.

Muchas veces, los varones pensamos que hay lugares de nuestro cuerpo que están vedados al placer. Una de estas zonas es el perineo. Este punto que se encuentra entre el escroto y el ano alberga el chakra raíz y es fuente de increíbles sensaciones.

Durante el masaje tántrico se abre esta zona y se magnifica su placer. Esta zona, a su vez se conecta con el coxis; formando un circulo energético, fuente de inmensas sensaciones.

Muchas veces nos habrán surgido, a lo largo de nuestra vida, preguntas tales como el desconcierto que existe en mí y en los demás, en tener esa sensación de estar viendo una película que pasa a nuestro lado acerca de la vida que llevamos y que, muchas veces, cuando conocemos a alguien con la intención de formar “algo más”, encontramos defectos que, en nuestro interior nos dicen que dejemos pasar la oportunidad.

O peor aún, cuando finalmente nos decidimos a estar con alguien, comenzamos a sentir en nuestro interior que esa persona no es la adecuada cuando en realidad somos nosotros mismos quienes estamos poniendo trabas para continuar libres.

En los cursos que dictamos enseñamos a vencer los miedos internos y externos.

Los internos pasan por bloqueos que con el tantra comienzan a destrabarse; los externos, gracias a los ejercicios de contacto, nos muestran que nuestro cuerpo es un medio para agradar y agradarnos, llevándonos a romper barreras que nunca antes hubiésemos imaginado.


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