viernes, 22 de agosto de 2008

Magia sexual y Tantra

La magia es el arte de manejar las energías universales, de la naturaleza y particulares.

Cuando hablamos de magia sexual, hablamos de un conocimiento acerca del uso conciente de la energía sexual en nosotros, un manejo normalmente desconocido, para el hombre cotidiano. Hay varias claves en esto, y una es reconocer que somos el sexo, que la sensación sexual somos nosotros, es decir que no es algo separado, el sexo y yo, por ejemplo.

Una vez reconocido esto iremos más allá, tratando de descubrir la íntima relación existente entre sexualidad y éxtasis místico. El goce sexual es espiritual, aunque nuestra cultura lo ha degradado a un simple acto reproductivo, mecánico, a veces con cierto placer genital y en muy pocos casos, con un goce que va más allá de lo orgánico, llegando a lo emocional, etc.

Para el mago el sexo es arte, es poesía, es música, éxtasis, arrobamiento, devoción, adoración, entrega. Y la clave está en el manejo de su energía sexual, la cual cuida como su propio ser, ya que allí se sitúa la imagen del hombre perfecto. 

Dentro de esa compenetración con lo mágico - artístico, uno comienza a apreciar la belleza del cuerpo, como manifestación de lo divino, como expresión de lo interno.

Antiguamente la magia sexual era enseñada en secreto, en los templos de iniciación, y según cuentan algunos adeptos, sólo se le enseñaba este arte al discípulo despierto; lo cual nos viene a recalcar la importancia del tema, y la seriedad con la que debe de abordarse. No se trata de volvernos gimnastas sexuales, sino de ingresar en un mundo de percepción y sensibilidad, que el hombre común no accede.

Para ello es menester cambiar la forma de pensar, y sentir, especialmente ésta última.

El ser humano actual, y sobre todo el que vive en occidente, necesita modificar la estructura de su pensamiento y sentimiento, para poder ingresar en los mundos internos, donde el conocimiento y la vivencia son fenómenos directos, y no requieren evaluación, o discución, no exigen toma de partido, sino integración y plenitud. La absurda idea de tener una relación sexual lineal, donde ambos partícipes van en busca de algo, llamado orgasmo, pero que ni siquiera es como creen, el momento de mayor goce, resulta por demás limitadora, y por lo tanto nos aleja del extasis sexual. El extasis es una experiencia incomunicable, es algo místico y a la vez sexual. Son dos aspectos de una misma cosa.

La energía que produce el éxtasis sexual, es la misma que nos lleva al éxtasis místico. 

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