sábado, 11 de abril de 2009

El Amor en el Concepto Tantrico


La manera en que los occidentales vivenciamos la sexualidad se caracteriza por una doble distorsión: por un lado, la absoluta desacralización del acto sexual - y por otro, la ausencia de cualquier tipo de espiritualidad en torno a la experiencia. Se nos ha endilgado que el sexo está definitivamente reñido con la religión, y mediante esta simple operación, se agregaron en nuestras mochilas los ladrillos de culpa necesarios como para garantizar que, al menos en esta materia, nunca levantemos vuelo.

Por otra parte, y acaso como consecuencia lógica de lo anterior, nuestra época está signada por una obsesión casi histérica por el tema: el sexo atraviesa de modo permanente los medios masivos de comunicación, el cine y la publicidad, y en muchos casos se ha transformado en un deporte de competencia ( anoche me eché cinco…).Resultado: plaga de neurosis, trastornos múltiples, enfermedades, y además, un desconocimiento total de las potencialidades maravillosas implicadas en la sexualidad humana.

Lo que propone el tantra, en cambio, y de allí su carácter transformador, es que el sexo es uno de los caminos previlegiados de que disponemos las personas para experimentar la unión con la devinidad y nuestra participación como instrumentos en el gran concierto de la vida. Separando el orgasmo de la mera eyaculación, como instancias distintas, el tantra invita a extender por períodos muchos mas prolongados los momentos de éxtasis sexual, enseñando a movilizar las energías internas del cuerpo para la consecución de verdaderos orgasmos cósmicos.

De este modo, rodeando la sexualidad de un lado sagrado, el camino del tantra representa una oportunidad para sanar las heridas en este aspecto clave de nuestra experiencia humana, también, dependiendo de cúan lejos decidamos avanzar por esta senda, para incursionar en zonas impensadas de contacto con el placer y nuestro potencial como personas.

El culto del éxtasis

Nacido hace por lo menos 5000 años ( algunos hablan de 7000),el tantra engloba toda una concepción del universo y el hombre. Su esencia está revelada en los Vedas( de hecho de dice que tantra es para los Vedas lo que el perfume para las flores). El tantra es llamado en Quinto Veda. Es la escritura religiosa revelada por Shiva (deidad masculina), para la era de Kali en la que vivimos. Este conocimiento se extendió por toda la India como una ‘moda’ religiosa recién en el siglo V a.C., como un triunfo del shaktismo (culto a la deidad femenina Shakti), que siempre estuvo presente en forma subterránea y hasta fue perseguido por la ortodoxia brahmánica.

Existen muchos mitos en torno al tantra, pero también existe un hilo conductor para todas sus manifestaciones: tantra es el culto del éxtasis. Toda la vida, en cada uno de los aspectos, incluyendo la sexualidad, es celebrada como sagrada. Básicamente el tantrismo propone que, en lugar de suprimir el placer en sus diversos matices, podemos encauzarlos para obtener una fuente de energía sin precedentes. El propio significado de la palabra tantra - del sánscrito - expresa una fuerza que se manifiesta y se expande continuamente como una ola cósmica formada por diferentes energías, como lo son todo tipo de energía y materia. Esto incluye pensamientos, acciones y materia física.

La traducción más común de la palabra tantra es arte del telar, esto es, crear trama y urdimbre para formar una red, malla o tela. Mediante este lenguaje figurativo tantra indica el despliegue de la manifestación del universo, donde nada está suelto, nada es independiente, sino que todo está todo unido a todo y todo está en el lugar que corresponde. Otra de las versiones aceptadas es que la palabra tantra proviene de una contracción de obras de dos: Tanoti y Trayati, que significan respectivamente expandir y liberar la conciencia. Dentro de la inmensidad de conocimientos que abarca el tantra, un pequeño aspecto de sus métodos encontró aceptación en nuestra cultura occidental, convirtiéndose en el eje de numerosos cursos. El nombre de este método es maihtuna o ‘unión sexual’: entrenándose en la aplicación de ciertas técnicas durante el transcurso del cambio sexual, es posible ir sosteniendo el éxtasis amoroso con cada vez mayor amplitud. El tanta concibe este como un modo de desarrollar la expansión de la conciencia, cuya potencia acrecentada permite penetrar en el corazón de la sabiduría.

La importancia del tantra, sin embargo, no radica en sus aspectos meramente sexuales: El arte tántrico es el de saber qué hacer cuando finalmente se alcanza el estado prolongado de éxtasis orgásmico: el viaje del conocimiento universal, el recorrido de toda la red o trama del universo. Claro que, como los occidentales suelen considerar a estas teoría metafísica como algo propio de la mitología oriental, son muy pocos los que buscan en este camino algo más que un orgasmo. De hecho, un buen orgasmo es todo un desafío para nuestra sexualidad distorsionada, y requiere un gran esfuerzo personal conseguirlo. Por esta razón, muchas personas se detienen aquí, y no puedo calificar esto como malo. Han alcanzado un gran logro. Pero no es cierto que eso sea el tantra, al menos no todo. Al detenernos aquí, las reales metas tántricas no se logran y todo queda en el buen sexo y la vida placentera. Pero la realización es mucho más que el goce, aun cuando lo incluya.