jueves, 30 de julio de 2009

La Varita de Luz y el masaje Tantrico


En Sanscrito la palabra Lingam significa varita de luz, ya que además de ser venerado, es quien canaliza la energía y los placeres creativos.

Cuando se da un masaje tantrico quien lo recibe debe estar inmerso en un ambiente de total calma y relax ya que será participe de una sesión en donde el placer extremo se manifestara en todo su cuerpo y en todo su ser.

Por otro lado quien lo da pasa a ser testigo del placer que lograra en el hombre que esta a su lado logrando de él su lado mas suave y calmo. Sirve, en uno de los tantos casos, a ayudar a los hombres a franquear traumas y problemas sexuales que se presentan en su mente,

Hay que tener en cuenta que el orgasmo no es la meta de este tipo de masajes sino un efecto secundario que aparece y desaparece para volver con mayor intensidad a lo largo del mismo. Se toma al cuerpo del hombre como un todo, es por ello que no cualquier persona esta capacitada para dar este tipo de masajes. Es por esto que entran en juego no solamente el lingam sino los testículos, el perineo y el punto del millón (equivalente al punto G femenino). Todos estos órganos van a ser quienes permitan al hombre que recibe este tipo de masajes rendirse a una forma de placer que no es común en él.

Según nuestra cultura occidental, el hombre esta acostumbrado a dar, a orientarse a una meta. Es por esto que el hombre necesita aprender a relajarse mediante este tipo de terapia para permitirse experimentar su lado mas suave y receptivo sin perder su hombría ni su masculinidad.

Luego de participar en la relajación guiada y haber hecho las asanas en conjunto con el dador para ir aflojando tensiones, llega la danza que permitirá que ambos lleguen al suelo. Alli, recostado boca arriba, el receptor comenzara a respirar profunda y relajadamente, mientras que el dador inicia el contacto físico para establecer confianza en el otro y una conexión.

Se comienza a dar un masaje tenue en pies, piernas, abdomen, pezones y genitales para que el receptor comience a relajarse. Una vez relajado, se comienza con el masaje de cuerpo completo iniciando leves golpeteos de mediana intensidad y a la manipulación total del cuerpo.

Es muy importante mantener el tipo de rozamiento erotizante ya que no se trata de un masaje tradicional sino de exaltación de la libido.

Las zonas erógenas, incluyendo los testículos, escroto, hueso público, perineo y ano, son a menudo áreas del cuerpo que no se toman en cuenta, pero que producen una intensa y placentera respuesta al estímulo. El objetivo de esta técnica de masaje es provocar un despertar, e incitar orgasmos múltiples, sin una eyaculación precoz.

El Lingam (pene) puede o no presentar flacidez durante el proceso del masaje y recobrar la erección. Esta es una experiencia tántrica muy deseable, como ir sobre una ola, hacia arriba y hacia abajo. Flacidez y erección son los extremos de la gama del placer. Si el receptor está a punto de eyacular, el dador relajará el proceso, permitiendo que el Lingam se relaje. La repetición de este proceso es la verdadera intención, llegar a un punto muy cercano a la eyaculación, sin llegar a ella. Es importante recordar que la meta no es el orgasmo por sí mismo.

La respiración profunda es la clave que ayudará a mitigar la necesidad de eyacular. Eventualmente, la gran experiencia eyaculatoria le permitirá tener orgasmos múltiples, sin perder una gota de semen. Cabe mencionar que el orgasmo y la eyaculación son dos respuestas diferentes que se puede aprender a diferenciar. El resultado es una vida sexual más expandida.

Si el receptor decide dejarse llevar y eyacular, el dador lo alentará a respirar profundamente durante el orgasmo. Esto hará que su mente explote, especialmente si se ha acercado y alejado del orgasmo varias veces antes de la eyaculación. El contenerse carga la batería sexual con una energía tremenda. Es ahora cuando el receptor decide a dónde mandar esta energía: hacia fuera con su eyaculación (el paradigma predominante), o aprovecharla para otros usos (hombres con gran experiencia en la eyaculación son capaces de canalizar esta energía en otras áreas de su ser).

Una vez que el masaje llega a su fin, el receptor es alentado a quedarse recostado, permitiendo experimentar plenamente su inocencia y la magnificencia de la belleza masculina.

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