domingo, 18 de enero de 2009

La exquisita Tortura


En nuestra cultura, “masturbación” es una palabra sucia —incluso más que “sexo”— y se hace de manera rápida en lugares sucios y feos, como los baños. De hecho, yo casi he dejado de usar la palabra masturbación, porque en realidad no describe lo que hago en mis sesiones conmigo misma, y he empezado a sustituirla por las palabras amor a mí misma o hacerme el amor.
Muchas de mis sesiones personales son breves y sin orgasmos, trabajando muy rápidamente para llegar al nivel de energía justo antes del orgasmo y haciendo subir la energía hasta mi corazón u otra área del cuerpo tantas veces y con tanta rapidez como pueda hasta que la energía parezca haber desaparecido, me aburra o acabe por accidente o a propósito. Estas sesiones duran entre veinte y treinta minutos y son como meditaciones rápidas.

Para los que se inician en la masturbación, la descripción de una sesión más larga es de mayor utilidad, porque necesitarán más tiempo para auto-excitarse y llegar al nivel del orgasmo-es-inminente.

En primer lugar, piense en qué lo excita. ¿La música romántica o el rock? ¿Las velas o el incienso? ¿Las revistas porno? ¿Las sábanas de raso, las alfombras de piel, las chimeneas? ¿La luz de la luna, las olas golpeando la arena, el aire cálido y húmedo en su piel? ¿El ponerse ropa interior sexy o unos jeans ajustados? ¿Las fantasías? Use estos recursos. Uselos todos en cualquier combinación que quiera. Créese en su dormitorio o donde sea un ambiente erótico, utilizando tantas cosas excitantes y objetos hermosos como pueda.

Le convendrá empezar sus sesiones relajando el cuerpo en diversas formas, porque todos estamos estresados en exceso y el estrés psicológico y la tensión muscular interfieren con el flujo de la energía en el cuerpo.

A mí me gusta tomar largos baños calientes o sentarme en una tina con agua tibia, rodeada de velas, incienso, flores, luz de la luna, permitiendo conscientemente que se relajen tantos músculos como me sea posible. Me lavo lenta y amorosamente con las manos desnudas, consciente de que ellas se conectan con mi corazón y llevan el impulso del amor a lo que sea que yo toque. Le presto mayor atención amorosa a las partes de mi cuerpo que no me gustan mucho, como mi vientre y mis muslos, y le doy un poco de estímulo a mis zonas erógenas.

Después de media a una hora en la tina, me seco y me doy masajes en todo el cuerpo con un aceite para estos efectos. Uso aceites vegetales como el de almendra o el de carozo de damasco, que compro en la tienda de alimentos naturistas, y les agrego un poco de mi perfume preferido. Una vez descubrí, cuando necesitaba un masaje y me era imposible pagar uno, que yo misma podía darme masajes en todo el cuerpo, con la excepción de un área muy pequeña de mi espalda. Los hombros, el cuello, la parte baja de la espalda, las nalgas, así como también los brazos, las piernas y la cabeza, son fáciles de alcanzar para eliminar las tensiones del día.

Cuando termino de recorrer todo mi cuerpo de una manera terapéutica, vuelvo a hacerlo pero en una forma sensual y tierna, acariciándome el rostro, el cuello, el torso, experimentando primero una sensación de sensualidad y ternura en lugar de erotismo. Incluyo algo de ternura hacia mis zonas eróticas, pero no me concentro en ellas. Fantaseo, puede que me vista total o parcialmente en forma erótica. Traigo mi música o mis revistas, o lo que sea que me atraiga ese día. Tal vez acaricie mi cuerpo con alguna tela suave o plumas, u otras cosas con textura.
Cuando me siento sensual y lista, comienzo a estimular mis genitales, mis pezones y otros puntos de excitación, y a trabajar gradualmente la energía en forma ascendente hacia ese punto justo antes del orgasmo que quiero utilizar como mi meditación.

Si no está familiarizada con el músculo pubo-coxígeno, o P.C. (y tanto hombres como mujeres deberían saber usarlo), ahora es el momento de aprender. El músculo P.C. cubre todo el piso pélvico, desde el hueso púbico por delante hasta el coxis en la espalda, y se desplega como una cuna de lado a lado. Todas las aberturas fuera de la parte inferior del cuerpo recorren este músculo. En Oriente se ha sabido durante siglos (aunque en Occidente sólo hace poco) que está asociado con la energía sexual y vital. Si este músculo está fuerte y tiene un buen tono, tanto hombres como mujeres descubren que es más fácil excitarse. El contraer el músculo como un ejercicio aumenta su tono, y el contraerlo durante la relación sexual o la masturbación incrementa el nivel de estimulación sexual y placer para ambos miembros de la pareja.

Para aprender a usarlo, interrumpa el flujo de la orina varias veces mientras esté orinando. El músculo que necesita para realizar esta acción es el P.C. Practique hasta que le resulte fácil contraerlo intensa y repetidamente durante sus sesiones. Si usted es mujer, ponga un dedo dentro de la vagina para comprobar con cuánta fuerza puede agarrarlo. Los hombres pueden comprobarlo introduciéndose un dedo en el recto.

La primera vez que empecé mis sesiones de amor a mí misma, ya estaba familiarizada con el músculo P.C. por mi terapia sexual y podía contraerlo repetidamente a medida que me iba acercando al orgasmo. Más adelante pensé que sería mejor tener menos tensión ahí y más relajamiento, así descubrí que podía obtener el mismo efecto trabajando los músculos de los muslos, que también se conectan arriba en la pelvis y recorren el músculo P.C. Me arrodillé con los muslos y las pantorrillas en ángulos rectos entre sí y me incliné hacia atrás un poco a medida que trabajaba mi clítoris, y para mí eso aumenta la estimulación considerablemente.
Es probable que los hombres estén más familiarizados con la masturbación que las mujeres, pero dirigida hacia la eyaculación, y no hacia el amor a sí mismo. Para los hombres, especialmente, es importante tocarse todo el cuerpo y hacer el amor con él, no sólo el pene, ser sensual con uno mismo, no simplemente eyacular. Los hombres que no están familiarizados con las sensaciones en sus tetillas y el recto, deberían experimentar con estos también, ampliando así sus posibilidades de sensaciones.

Para los más osados, tanto hombres como mujeres, el recto también es una zona erótica, y muy poderosa. Desgraciadamente, es el área del cuerpo sobre la cual pesan más tabúes, y puede que usted tenga que explorarla lentamente para superar sus prejuicios.

El objeto de toda la meditación, por supuesto, es permitir que la energía suba por el cuerpo tantas veces como sea posible. Se recomienda una sesión diaria si desea alcanzar el resultado de abrir sus chakras o centros de energía. Usted está bombeando el corazón desde adentro con energía vital para estimularlo, así que mientras más, mejor. Sin embargo, generalmente descubro que mi cuerpo sólo necesita veinte o cuarenta y cinco minutos de esa estimulación. A veces la energía parece diluirse, como si hubiera una porción diaria que ahora ha sido desplazada hacia arriba, y a veces acabo por accidente. En cualquier caso, la sesión terminará espontáneamente tarde o temprano. Aún tengo una sesión casi todos los días.

Alguna gente me pregunta cómo me puedo mantener tan cerca del orgasmo y no acabar. Admito que al principio fue una especie de exquisita tortura. Antes de comenzar tenía que prometerme que subiría la energía cinco o seis veces antes de acabar y me recompensaría con un orgasmo después de esos ciclos. Pero ahora no es una tortura en absoluto, y el subir la energía es significativamente más placentero que el orgasmo en sí mismo. En la actualidad me interesa poco el orgasmo, pero no tengo nada contra él. Generalmente, el orgasmo termina el juego, así que nunca debería ser la única meta de una experiencia sexual.

La gente también me pregunta qué quiero decir con “prestarle atención a su corazón y permitir que la energía se dirija hacia allí”. Si usted no sabe qué significa prestarle atención a su corazón, primero trate de prestarle atención a un dedo. Mantenga en alto el dedo índice y obsérvelo. Ahora sienta ese dedo desde adentro. Se dará cuenta de que hay una sensación continua allí, lo único que tiene que hacer es prestarle atención. En forma similar, puede centrar su atención en el área de su pecho alrededor de su corazón y también percibirá sensaciones allí. A veces, si está lo suficientemente relajado y tranquilo, también puede sentir que late. Simplemente ponga atención a esa área de su pecho, tal como lo hizo con su dedo. Como expliqué antes, la energía fluirá naturalmente hacia arriba hasta ese punto, no tiene que hacer nada más. Se aplica el mismo principio si quiere que la energía vaya a cualquier otra parte del cuerpo que no sea el corazón. Simplemente deténgase justo antes del orgasmo y preste atención al área del cuerpo hacia la cual desea que vaya la energía.

A veces tengo mis sesiones en la mañana cuando despierto, otras en la noche antes de dormirme o antes de estar con un amante, y a veces durante el día cuando necesito, psicológica o físicamente, una subida. Pasé varios años masturbándome antes de descubrir que todo el asunto se trataba de amarme a mí misma. Espero que estas sugerencias le ayuden a superar algunos de sus temores y confusión con respecto a la masturbación y le den el coraje para descubrir el valor de hacer el amor con usted mismo

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